18 de septiembre de 2014

La ingeniosa forma de como Federico II el Grande popularizó el cultivo de la patata

Originaria de Suramérica, la patata llegó a España hacia 1535 y de aquí pasó a Flandes, Italia, Suiza, Irlanda y Alemania.

Al principio, fue utilizada como planta ornamental por sus flores y rechazada para el consumo ya que se la consideraba venenosa. En Francia incluso se prohibió su cultivo creyendo que causaba la lepra.

Los alemanes fueron los primeros grandes comedores de patata y todo gracias a Federico II el Grande. Rey que durante una gran hambruna, trató por todos los medios que los campesinos cultivasen esta solanácea como alimento alternativo a los cereales.

En un principio fracasó debido a la desconfianza de los agricultores. Estaban convencidos de que la patata causaba lepra y otras enfermedades de la piel y por eso rechazaban su siembra. Fue entonces cuando el monarca el 24 de marzo de 1756, publicó un edicto real que ordenaba el cultivo obligatorio de la patata, incluso bajo pena de muerte para aquel que no lo hiciera. Aún así la humilde patata seguía sin gustar a los prusianos.

Cuadro pintado por Robert Warthmüller donde se ve a Federico II. supervisando el cultivo de la patata. 


Se dice que harto del rechazo patatero, y de ver como con leyes y amenazas no conseguía su propósito, Federico II cambió de estrategia. Y de manera ingeniosa prohibió el cultivo y declaró al tubérculo de uso exclusivo de la realeza. Ordenó que en los jardines de su palacio en Berlín se plantaran patatas e hizo que soldados las vigilasen, solamente durante el día. El resultado fue que la patata se convirtió en un alimento prohibido y deseado. Los campesinos, como quería el rey, robaron y degustaron esta «manzana de tierra». Poco antes de la muerte del rey, ya había ya muchas tierras por toda Prusia dedicadas a la patata.



Una anécdota mitad leyenda mitad histórica. Lo que si es seguro que Federico II ayudó a la aceptación de la patata por parte del pueblo alemán siendo ahora de los mayores consumidores de patatas en Europa.

La tumba de Federico II el Grande con patatas como ofrenda.


En la actualidad en el Palacio de Sansoucci, en Potsdam, tres siglos después de su reinado se le sigue recordando. En la lapida de su tumba en lugar de flores, la gente deposita patatas. No se trata de ninguna broma: es una tradición que se hace en conmemoración del que se considera el “padre de la patata” en Alemania: el rey prusiano Federico II.


En Francia sin embargo no fue hasta 1785 que la patata se presentó en la alta sociedad. Fue durante una gran recepción, ocurrida en Versalles, donde Antoine Parmentier que había estado cautivo en Prusia trajo un presente al último rey francés Luis XVI.

"Señor, quiero ofreceros un ramo digno de su majestad: la flor de una planta que puede solucionar la alimentación de los franceses”. El rey que ya ha leído sus estudios sobre la patata, tomó el ramo, lo contempló un momento y dijó “Monsieur Parmentier, hombre como vos no pueden recompensarse con dinero. Pero hay una moneda quizá digna de ellos. Dadme la mano y acompañadme a besar a la reina.”
Y de esta manera Parmentier consiguió que se levantara la prohibición del cultivo, promoviendo su consumo. En su campaña para difundir su cultivo como alimento, recurrió a la misma estratagema que Federico II, estrategia que conoció en Prusia mientras estuvo prisionero durante la Guerra de los Siete Años.

Luis XVI le cedió unos terrenos en Sablons y en Grenelle para las plantaciones, las matas cubrían los campos, Parmentier ordenó vigilarlas como si se tratara de auténticos tesoros. Algunos parisinos, intrigados, al igual que habían hecho los prusianos, arrancaron durante la noche las patatas con la complicidad los guardianes.

Desde entonces se ha extendido por todo el mundo y se ha convertido en un alimento básico en muchos países.

Fuentes 1, 2, 3, 4, 5, 6 , 7, 8, 9 y 10

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